sábado

Peter Debry


Peter Debry era el principal seudónimo de Pedro Víctor Debrigode Dugi (Barcelona, 1914- Santa Cruz de Tenerife, 1982), figura colosal en el mundo de la novela popular, autor de centenares de título y uno de los padres de la novela negra en nuestro país. Sus novelas se caracterizaron por una esmerada redacción, un estilo preciso, la creación de personajes de enorme fuerza y la asimilación profunda de los mecanismos del género. Descobrir Debry quiere acercarnos a su personalidad y a su obra, una apasionante aventura tan necesaria como justificada.

jueves

Panel 1




Panel 1 (reverso)

Peter Debry fue uno de los padres de la novela negra en nuestro país, cuando esta era de verdad, cuando se vendía -y cambiaba- por cuatro duros, cuando se publicaba en ediciones baratas y en papel de pésima calidad, cuando se escribía frenéticamente para cumplir los severos plazos marcados por la editorial, cuando se leía en el tranvía, en la fábrica, en el mercado, en el patio del instituto...
No obstante todo ello, Peter Debry nunca existió, era un seudónimo tras el cual existía un autor, Pedro Víctor Debrigode, una figura clave dentro de una generación de escritores que forjaron un fenómeno, la novela popular, de extraordinaria intensidad y transcendencia.
Descubrir un autor como Peter Debry no es sólo un acto de justicia cultural sino la oportunidad de adentrarnos en la obra de un novelista brillante que no nos podemos permitir el lujo de desconocer.

miércoles

Panel 2


Panel 2 (reverso)

Pedro Víctor Debrigodi Dugi nació en Barcelona un 13 de octubre de 1914, hijo de padre francés y de madre de ascendencia corsa; formado en un ambiente culto y selecto -su padre era ingeniero aeronáutico-, estudió Derecho pero el inicio de la Guerra Civil le impidió acabar sus estudios. Oscuras acusaciones de espionaje y de malversación de fondos le llevaron a la prisión desde donde empezó a escribir y a convertirse en un autor de éxito. Salió en libertad el año 1945 y tras vivir en Tenerife y Barcelona, de 1957 a 1963 fijó su residencia en Venezuela como corresponsal de la Agencia France Press. Volvió a Cataluña y a partir de 1974 fijó su residencia en La Orotava donde murió en febrero de 1982.
Culto, políglota, bohemio, apasionado por el boxeo y el ajedrez, un poco calavera y noctámbulo, vivió envuelto en una suerte de leyenda que lo presentaba como capaz de huir de un penal descolgándose con unas sábanas o de dictar directamente a un linotipista una de sus creaciones.
Olvidado durante decenios, estos últimos años la crítica y los lectores reivindican su aportación fundamental a la literatura del país.

martes

Panel 3


Panel 3 (reverso)


Los autores de la novela popular, con frecuencia se vieron obligados a enmascarar su identidad bajo diversos pseudónimos. En ocasiones por tratarse de individuos represaliados por el régimen franquista, a veces para esconder su verdadero nombre en la portada de un bolsilibro considerado subcultura y en la mayoría de los casos para crear un nombre al que la editorial atribuía un mayor impacto comercial, lo cierto es que el pulp hispánico fue firmado con nombres falsos que, preferentemente, estaban cargados de resonancias anglosajonas.
Pedro Víctor Debrigode utilizó un amplísimo repertorio de pseudónimos pero los mas importantes fueron Peter Debry -con él firmó la mayoría de su narrativa policíaca y del oeste- y Arnaldo Visconti -con esta máscara presentó su narrativa de aventuras con enormes éxitos como fueron El pirata negro y El galante aventurero-. También firmó sus obras como P.V.Debrigaw, Arnold Briggs, Geo Marvik, Peter Briggs, V. Debrigaw o Vic Peterson. Máscaras, pseudónimos, heterónimos... un calidoscopio de identidades forjando un universo de ficciones.

lunes

Panel 4


Panel 4 (reverso)


Peter Debry escribió centenares de novelas y su vasta producción es irregular, diversa, a veces brillante, habitualmente magnífica, en ocasiones previsible, con frecuencia escrita de forma precipitada.Crear personajes, burlar las limitaciones de la censura, documentarse, inventar argumentos y más argumentos, moverse en el campo de una literatura de masas; esas fueron las actividades de un Debry que escribía de un tirón, sin tiempo para revisiones ni excesivas planificaciones pero que en este contexto de presión mostraba su talento redactando con precisión, creando personajes sólidos, iniciando las novelas con escenas de gran intensidad, secuenciando la acción con una estructura plenamente cinematográfica -alguna novela suya parece mucho más moderna que la high culture de la narrativa de posguerra-, buscando el adjetivo con precisión a través de un estilo vivo, intenso y sin concesiones que atrapaba al lector desde la primera página

domingo

Los elementos de la exposición

Descobrir Debry se compone de diversos elementos expositivos. Por un lado aparecen los ocho paneles explicativos que pueden leerse desde este blog; articulados como paneles rotatorios, su presencia quiere evocar los expositores propios de los quioscos. Su distribución en la sala permite al visitante un recorrido personal por el discurso de la exposición.
Acompañando los paneles aparecen unos estantes laterales donde se han dispuesto docenas de reproducciones de las novelas de Peter Debry; cada ejemplar reproduce en un grueso cartón-pluma la portada, contraportada, anuncios y primera página de una amplia selección de títulos.


Cuatro vitrinas, que detallaremos más adelante permiten ver las ediciones de una amplia selección de novelas de Peter Debry; no sólo eso pues en una de ellas se puede observar incluso la pluma y un manuscrito de Pedro Víctor Debrigode.
Por último, dos audiovisuales completan el recorrido; en uno de ellos se puede ver una entrevista a Francisco González Ledesma, compañero de viaje de Peter Debry en la aventura de la elaboración de la novela popular. En el otro se puede ver una interesante propuesta; un collage de secuencias del cine clásico negro americano que recoge motivos y temas presentes en las novelas de Debry, una sugerente selección que ha sido posible llevar a cabo gracias a la colaboración de Carlos Gil.

sábado

Panel 5




Panel 5 (reverso)

Los protagonistas de las novelas de Peter Debry responden a perfiles diversos pero se inscriben en la tradición del cine y la novela negra norteamericana.
Abundan los agentes de policía, de Scotland Yard, de la policía de Los Ángeles, de Nueva York, del FBI, de la Interpol o de la Policía Montada del Canadá, pero también están muy presentes los detectives, con frecuencia de poca categoría y prestigio pero de gran perspicacia y dignidad moral. Son también protagonistas de las novelas el ex-policía reconvertido en private eye, los detectives de las compañías de seguros -unos clásicos del género- y también aquellos individuos que, deseosos de conocer la verdad, deciden plantar cara al crimen.
En medio de este maremágnum de personajes, a veces Debry se permite un curioso ejercicio metaliterario convirtiendo en protagonistas de sus ficciones a escritores de novela popular que se ven sumergidos en realidades similares a las que habían imaginado.

viernes

Panes 6


Panel 6 (reverso)

La censura franquista ejercía un feroz control sobre las producciones culturales y especialmente sobre las de los medios de comunicación de masas. La novela negra, por su propia dinámica necesitada de un crimen como detonante narrativo, sólo era posible si la acción se desarrollaba en territorios foráneos.
La tradición anglosajona de la novela negra y policíaca permitió superar este escollo con cierta facilidad pues la literatura, los tebeos y el cine habían consolidado unos escenarios del crimen: Nueva York, Los Angeles, Chicago, Londres...
Peter Debry movió sus ficciones por estas ciudades con solvencia y verosimilitud y, además, no sólo se arriesgó a buscar nuevos espacios -Nueva Orleans, Seattle- sino que no elaboró simenonianas evocaciones parisinas o descubrió que ciudades como Caracas o Marsella podían ser magníficos escenarios de novela negra.

jueves

Panel 7




Panel 7 (reverso)

El papel de la mujer en la novela negra más tradicional forjó un conjunto de estereotipos que pasaron a convertirse en señal de identidad del género: la femme fatale, la eficiente secretaria, la esposa o prometida angelicata...
Con una visión machista de la identidad femenina -estamos a mediados del siglo XX- Debry puebla sus páginas de mujeres de carácter que, en ocasiones pueden ser peligrosas y vengativas asesinas pero también, en otras circunstancias, chicas valientes, con carácter, que se deciden a plantar cara al crimen y luchar por descubrir la verdad. Chicas que cortan el aliento, atractivas, conscientes de su potencial sexual y que son descritas por Debry con sensualidad -“Rubia y bronceada, pequeña y tan femenina como un vaporoso negligé parisino” -, contundencia -“Según qué mujer, con pantalones resulta más mujer. Ella era de ésas.”- y, a veces, humor -“Era rubia natural y lo certifico”-.

miércoles

Panel 8


Panel 8 (reverso)

Después de la Guerra Civil, el pulp autóctono fue tomando forma de novela de bolsillo, de pequeño volumen a bajo precio que, con frecuencia, cuando ya había sido leído, se cambiaba por nuevos títulos por un precio aún más módico. Antes del bookcrossing y décadas antes de la verdadera democratización de las bibliotecas públicas, cuando estas instituciones eran elitistas y daban la espalda a los medios de comunicación de masas, las ficciones pulp del país se intercambiaban e iban pasando constantemente de mano en mano. De forma espontánea, los lectores propiciaron el nacimiento de puntos de intercambio donde los libros eran piezas de consumo con una único destino: la lectura.
José Mallorquí (1913-1972)
El padre de El Coyote tocó todos los géneros pero brilló a la hora de forjar personajes inolvidables y de construir novelas de una perfección formal admirable
Guillermo López Hipkiss (1902-1957)
Hoy poca gente recuerda a este escritor que fue el maestro del pulp hispánico creando a personajes como El encapuchado que, releídos sesenta años después, siguen manteniendo una intensidad única.
Corín Tellado (1927)
Reivindicada por Guillermo Cabrera Infante o por Vargas Llosa, esta monumental escritora es quizás la autora española más leída de todos los tiempos.
Marcial Lafuente Estefanía (1903-1984)
El rey del western escribió centenares de novelas y lo hizo con el rigor, la firmeza y la constancia propias del cow-boy que ha cabalgado en solitario a lo largo de décadas.
Silver Kane (1927)
Don Francisco González Ledesma, el caballero de la novela negra, aprendió el oficio de escritor forjando una impresionante aportación a la novela de quiosco; siempre se ha sentido orgulloso de ello.
George H. White (1923-2006)
Pasqual Enguídanos es considerado hoy uno de los clásicos europeos de la ciencia ficción; su impresionante La saga de los Aznar, reeditada en la actualidad, nos permite descubrir a un excepcional forjador de mundos.

martes

Vitrina 1

Crucigrama fue una de las primeras y más arriesgadas novelas de Debrigode; fue publicada el año 1944 en la colección Guante Blanco, de la misteriosa editorial L.E.S.T.E.R, y había sido redactada desde las prisiones franquistas.
Les repletas cuartillas manuscritas y la pluma de Debrigode nos permiten sentir viva la experiencia de la escritura.Con frecuencia los creadores de la novela popular, para poder cumplir los feroces plazos de entrega marcados por los editores, utilizaban textos publicados décadas atrás. Se modificaban, se reescribían y se lanzaban nuevamente al mercado a vivir una segunda vida.

Un detalle para mitómanos


Vitrina 2

Centenares fueron los títulos que escribió Peter Debry contribuyendo a consolidadr los cimientos de la novela negra hispánica.

lunes

Vitrina 3

A veces firmando con su propio nombre pero casi siempre utilizando diversos seudónimos, Debrigode elaboró una obra monumental que fue devorada por los lectores a lo largo de diversas décadas.

Vitrina 4

Olvidados a inicios del siglo XXI y silenciados por la cultura oficial, los autores de la novela popular constituyen una auténtica lost generation. Prolíficos, camaleónicos y populares fueron durante años los emperadores de los quioscos y de los puestos de intercambio de libros.Muchos eran represaliados por el franquismo, algunos tenían una sólida formación, otros eran autodidactas... Cada uno de ellos hizo una aportación única y personal y nosotros queremos destacar aquellos autores -primi inter pares- que dejaron una huella imborrable y acompañaron a Peter Debry a la hora de forjar las características del medio: José Mallorquí, Corín Tellado, Guillermo López Hipkiss, Silver Kane -Francisco González Ledesma- i George H. White -Pasqual Enguídanos-.